En Casa

Venía otro, nos abía si era aliado o enemigo, ya me daba igual. Personalmentes no tenía esperanzas, no veía nada, todo se había vuelto borroso y apenas podía articular palabras, noté a Hime acercarse a mi pero antes de que me mandara dormir yo ya había caido incosciente.

El cuerpo me ardía a rabiar, y no sabía el por qué, abrí los ojos, notaba la fría mano de Hime agarrando la mia, desvié mi mirada hacia ella, pero me horroricé, tal como dice la palabra, no daba credito a lo que veía, estaba terriblemente herida. A mi no me importaba las heridas que me hicieran, pero verla en ese estado a mi me traia muchos recuerdos que no me hacia mucha ilusión recordar. Apreté su mano y me levanté, a pesar de que aun me dolía a rabiar la pierna. No se por que, pero me daba la sensación de que aquel último Servant que había llegado no tenia nada en nuestra contra. Me reincorporé e intenté levantarme pero mi pierna falló y caí de rodillas una vez más, mis ojos se inundaron de lágrimas, y no simplemente por el hecho de que me había caido, básicamente, ya no lloraba por eso. Esta vez lloraba por impotencia, nunca podía proteger a nadie, yo sin Hika era una humana como otra cualquiera, una simple humana, como creia toda mi infancia.

Me volví a reincorporar a duras penas, tambaleando me volteé hacia Hime y extendí mi mano, para ayudar a levantarse.

- Gomene.. Onee-chan.

Ella siempre habia estado cuidando de mí, yo intentaba ayudarla pero siempre la liaba, mis ojos se inundaron de lagrimas de nuevo, esto habia sido todo, todo por mi culpa, si no hubiera ido a la playa, nada de esto estaría pasando. Una de mis manos se encargó de cubrirme el rostro, no me gustaba que me vieran llorar. Me mordí el labio inferior y me lancé a abrazar a mi onee-chan. La pelea no habia acabado, aún quedaba uno, pero para mí todo habia acabado, el hecho de perder a Himeko era mi final.

- Soy.. inútil.

A pesar de que las pociones de Hime hacian milagros, esta vez seguía sintiendo dolor, sentía que me desvanecia. Poco a poco fuí aflojando el abrazo, no para soltarme voluntariamente, si no por que mi mente me obligaba a estar de nuevo incosciente.

- Gomen..

Murmuré de nuevo notando como desvanecía, dejé caer mi cuerpo, no tenía fuerzas, simplemente volví a caer al suelo incosciente, ningún musculo contestaba, sentía que se me iba la vida en un suspiro. Entre los golpes del gigante, el discolcamiento del hombro, la mordida y el desgarramiento.. Mi cuerpo era humano, todos teniamos límites, límites que si pasabamos, podía ser nuestro final.

Off: Se nos muere~ D:

Mis jadeos cada vez se hacían más notorios, el dolor me estaba matando por dentro, y me encontraba débil. Mi atención estaba centrada en Himeko ahora mismo, ya me había encargado bastante de Shizuka, la dejé bien segura sin enemigos a su alrededor, ella estaba más en peligro, dado que, el Servant de los hilos estaba cerca. Mis ojos no se podían mantener del todo abiertos, me estaba como durmiendo, pero por todo lo que sentía... parecía como si me estuviese muriendo. Pero, otro tipo extraño apareció a mi lado, poniéndole las manos encima a Himeko, no tenía energías como para hacer otro sprint, o mismo para moverme, pero su olor me decía que era buena gente. Mi corazón, como antes, volvía a latir lento, como si se estuviese durmiendo también. Miré a Himeko, ese líquido que tenía en la mano. Abrí mi ensangrentada boca y dejé que me echase el líquido dentro de la boca, no sentía mejora ninguna, supuse que tardaría tiempo. Me quedé quieto mirando como actuaba el otro Servant, parecía muy bueno, demasiado, me sentía como... un poco humillado, un gigantón por encima subnormal me había dado la paliza de mi vida, y él, machacaba a ese Servant fuerte casi con la mirada. Bajé la cabeza y miré hacia atrás, bajo los efectos de el líquido que me había dado Himeko, Shizuka estaba mal, muy mal, aunque creo que en peor estado me encontraba yo, aunque poco a poco mejorando. Con lo último que me quedaba, me acerqué a ella, convirtiéndome por el camino de nuevo en humano. No tenía ni fuerzas para levantarme, por lo tanto, avancé gateando hasta estar a su lado, me acerqué a ella acariciándole levemente la mejilla, como devolución a la caricia que me había hecho ella.

- Perdona... - mascullé adolorido aún. Aunque el efecto de la pócima poco a poco me estaba haciendo efecto. Me levanté a duras penas, tambaleándome un poco, mirando hacia mi espalda. Caminé de forma lenta el gran trecho que había entre mi espalda y yo, al llegar allí, posé mi mano sobre el mango de la espalda y lo desclavé, caminando con la mirada MUY sombría hacia los Masters, no me importaba lo humanos que sean, los iba a dejar hechos trizas. ( Momento sádico, no miréis si no queréis D: ). Los Masters estaban atentos a la lucha de Assassin contra el otro servant, me acerqué al Maripili ( lol ) ese y lo agarré del cuello directamente derribándolo y casi dejándolo sin aire.

- Jeh... no debí dejarte con vida... - dije sonriendo algo desquiciado, se me estaba yendo completamente la olla. Clavé la espada directamente en su pecho, atravesándole el corazón. Por su boca salió de repente un chorro de sangre, chocándome con la cara. Sonreí sádico y poco a poco fui abriéndole el canal, así salpicando más y más sangre.
Tras haber acabado el trabajo con el Maripili ese, dirigí mi mirada hacia el Servant, como seguía luchando con el chico. Me encaminé hacia los dos restantes, y sin más miramientos, hice cosas del mismo estilo ( No quiero acojonar ya xDDD ) acabando con esos tres de una maldita vez. De forma vaga, agité mi espada salpicando más sangre aún. Suspiré pesadamente y caminé hasta donde estaban todos, sentándome, apoyando mi espalda contra la pared, completamente manchado de sangre, de arriba a abajo.

Escuchaba, atentamente las conversaciones que tenian entre ellos, no le di mucha importancia, luego veo al lobe que habia acabado con tres master, eso me impresiono un poco, puesto que al ver el estado en que se encontraba, era algo de admirar, pero habia otro Master por ahy, aquel servant gigante gritaba de dolor por el corte que le hise, le miro a sus ojos, una mirada asesina, y digo
Si no quieres morir mejor que te vayas, hoy me encuentro de muy buen humor
Dije con voz muy seria, pero parece que no me escucho, y me ataco con su otra mano, entonces doi un suspiro, esquivo aquel golpe, e incrusto mi katana en su piel, esta vez le corto el brazo por completo, luego el gigante cae de rodillas, me acerco a el y digo
Solo soy piadoso un vez, al terminar su cabeza sale volando por los aires, habia sido yn corte limpio y rapido.
Luego miro a mi alrededor, los demas servant habian sido aniquilados por los otros, solo quedaba un solo master, sentia su aura, pero no le veia, empeze a caminar en circulos, buscandolo, cuando derrepente veo que una enorme roca me venia ensima, la corto por la mitad muy facilmente, y me fijo en unos cables tenia sangre, en ese momento le agradeci a Himeko-san, lo tomo con mi mano izquierda y lo jalo con mucha fuerza, y sale aquel servant que se encontraba escondido, estaba temblando de miedo, era casi incapaz de moverse, y me dice
Per..perdoname la..la..vida...porfavor..te lo su..suplico, le miro, y le doi algunos golpes, para luego decirle Si eres capaz de llegar a un hospital a tiempo viviras, ahora sal de mi vista, y el tipo sale corriendo despavorido, aun quedaban algunos con vida, ellos no me interesaban, luego, me dirigo donde estaba Himeko y los demas, pero antes saco un pañuelo y limpio a Mono-hoshi-zao de la sangre de mis oponentes, y la envaino, y me acerco a ellos, y digo, quien es el que se encuentra mas critico y Himeko me dice a duras penas que aquella chica, no sabia quien era, pero me dirijo a ella, estaba muy mal herida, poso mis manos en ella, y ocupo mi nen para poder ayudarle, y digo, Esto tardara mucho, solo quedate quieta, tambien te dolera
Estaba casi muriendo, sus aura estaba muy baja, solo podia hacer esto, ojalas ella tenga ganas de vivir.

Los descuartizados cuerpos de los Masters se quedaban atrás, muy atrás, lo poco que quedaba de ellos. Tenía la boca manchada de sangre producto de cuando estaba en el modo lobo, cuando le arranqué el cuello a la pantera, aparte de los chorros provenientes de los cuerpos no se habían quedado atrás. Mi mente estaba completamente nublada, no era capaz de pensar con claridad, había algo que me cegaba, era la furia que tenía en mi interior, cuando vi a Shizuka, a su hermana heridas, me habían dado tales ganas de cargarme a gente que no me podía casi contener. Mi mirada se mantenía sombría mirando al suelo, por un ojo veía de color rojo, por el otro normal, se había metido sangre en el ojo, cosa que no me importaba, estaba demasiado... fuera de si. Alcé la vista hasta encontrar a el grupito, el otro servant suplicaba clemencia a el chico que nos había ayudado, Himeko y Shizuka ya estaban un poco mejor, o eso aparentaban, aunque Himeko sangraba mucho. Me quedé parado a mediana distancia observando la situación como podía, en cierto modo tenía la intención de largarme de allí cuanto antes, con todo lo que había hecho... me iban a volver a tratar como un vil asesino, como mis propios padres. Bajé la vista nuevamente dándome la vuelta poco poco, hasta que noté el cálido abrazo de alguien y como me quitaba la sangre de la mejilla. Miré a la persona que se había dignado a abrazar y era ella... me había... llegado muy.. muy dentro esa acción.

- T..te estoy manchando... - dije dejando mis brazos caídos, mis manos también estaban impregnadas de ese líquido rojo, no quería mancharla, ya era bastante con que se hubiese acercado. Cerré los ojos y solté unas pequeñas lágrimas también.

- Yo.. ya sabes... nunca te dejaría... me importas... - susurré entre sollozos, reteniendo el mar de lágrimas que quería salir.

( Oh, que dramático )

Observo con mucha seriedad lo que estaba sucediendo, parado sin mover ningun musculo, no tenia intencion de interferir en sus acciones, ya se habia acabado la batalla, y ningun oponente era digno de una buena pelea, miro a Himeko-san, tenia mejor cara, luego miro al cielo, el cual estaba despejado, luego miro el campo de batalla, todo lleno de sangre, pedazos de cuerpos por doquer, era un cruel espectaculo, luego miro aquellos dos que estaban abrazados, y no digo nada, aquel lobo habia generado en mi algo de respeto, ya que acabar con ellos tres en su estado era un poco sorprendente, luego miro por donde habia escapado aquel sarvant, lo pienso un poco y me dirijo hacia esa direccion ya que aqui no quedaba ningun oponente, y no tenia ganas de quedarme.
empiezo a caminar, sin decir nada y mirando al frente, queria salir de aquel lugar, queria descansar un poco, y comer algo.

Sentía como el cuerpo pesado, cerré los ojos un instante y después los volví a abrir al sentir como sus brazos dejaban de rodearme. Mis brazos seguían caídos, y goteando un poco de sangre ajena, aun estaba fresca. Me sentía, por así decirlo, una mierda, había perdido completamente el sentido y me dejé llevar por el instinto, la ira me devoró. Alcé un poco la mirada para poder verla, entre los pelos del flequillo, no tenía ni ánimos de apartarlo, estaba manchada, por mi culpa, no creo que fuese detalle que resaltar en este mismo momento... pero no sé seguía sintiéndome peor incluso. Alcé aun más la vista al ver como Himeko se metía dentro de casa, su comentario me había causado una leve gracia, pero no podía reír en ese momento.

- Es igual... mi estado no importa.. - mascullé dolorido aún, simplemente por dentro. La miré a los ojos de forma fija, observando como estos se mojaban en lágrimas, se me rompía el corazón al verla llorando por mi. Acerqué mi mano de forma lenta y le limpié algunas lágrimas que le resbalaban por las mejillas, cuidándome también de porque parte usaba la mano, siempre cuidando de no manchar sus blancas mejillas se sangre.

- Con todo lo hecho... como para no tener hambre... - dije intentando mantener un poco el sentido del humor. Sonreí y noté la cercanía que había entre los dos, al pasar su dedo por mi labio limpiando ese hilillo de sangre, me mordí levemente el labio inferior, cada vez estábamos más aproximados. Cuando ella tomó mi rostro entre sus manos, supuse lo que iba a hacer, cerré los ojos correspondiendo el beso que me había dado, rodeando con mis brazos su cintura.

Noté el suave tacto de sus labios contra los mios, con un leve sabor metálico a sangre [ Para quien no la haya probado D: ] Duró unos segundos, aquello era vergonzoso, separé mis labios lentamente de los suyos, pero apenas separandome de su rostro, no pude evitar reir, ni siquera sabía por que reia, quizás era por no llorar.

- G-gomen.. No se por que hice eso..

Mi sonrojo era bastante notable, pero no le di importancia. A pesar de que la herida de mi pierna se iba cerrando lentamente, no queria decir que quizás el hueso estuviera fracturado y la piel a carne viva. Y el mordisco en el hombro dolía a rabiar tambien, ya que no haia sido precisamente un mordisquito.

- Abrá que entrar dentro de casa, no? Si es que aún se le puede llamar casa..

Me reincorporé, sin terminar de apoyar mi pierna derecha y extendí mi mano, para ayudarle a levantarse y entrar a casa, además de ponerme manos a la obra con las vendas y los potingues de Hime y hacer la comida. Y cuando las heridas estuvieran curadas, simplemente, hacer como si esto nunca hubiera ocurrido.

Off: Falta de inspiración ._. ..

Me corté bastante al ver que el beso duraba lo que duraba, no pensé que iba a ser tan largo, simplemente un pequeño roce o pico como se puede llamar. Mis labios sabían a sangre, y a pesar de eso ella quiso. Al terminar el pequeño beso, me separé un poco de ella, igual estando cerca lo justo y desvié levemente la mirada algo avergonzado, no sabía muy bien que decir al respecto, no quería soltar ninguna estupidez aún. Miré de reojo su risa y no pude evitar sonreír con intenciones de reírme, pero me guardé las risas para más tarde.

- N... no pasa nada. - dije un poco más cabal, recuperándome poco a poco del choque de ira. Miré hacia el fondo y divisé de nuevo los cuerpos hechos trizas de los Masters, tenía que limpiarlo, no podía dejarlo ahí. La miré de nuevo, sobre todo su pierna en carne viva y suspiré. Agarré su mano, y con ayuda de un pequeño impulso me levanté, agradeciéndolo con un pequeño gesto cortés de cabeza.

- Más tarde arreglaré el boquete... - comenté, comenzando a caminar hacia la casa, dándole la espalda un momento. En ese pequeño momento, llevé dos dedos a mis labios, recordando el pequeño beso de antes. Negué con la cabeza y seguí caminando hasta el interior, también preocupado por Himeko, aunque, debe estar descansando me figuro.

Pasé antes que ella por la puerta de su casa, ya no sabía donde ir, me encontraba un poco aturdido sinceramente, pero aun era capaz de pensar con claridad. Me quedé en el salón, mirando hacia el boquete que había hecho mi cuerpo al traspasar la pared, estaba todo hecho un estropicio por mi culpa. Desatendí un poco a Shizuka para que tuviese más libertad ella sola para hacer sus cosas. Apoyé mis manos sobre mis piernas y cerré los ojos pensando un instante de nuevo en aquel beso, ya me estaba dando un poco la tabarra ese detalle, pero era para no olvidarlo sinceramente.

- Debería darme una ducha.. - dije mirando mis pintas, estaba completamente pringado de sangre, aparte de que, ropa nueva necesitaba, no creo que salgan estas manchas así por así.. de la chaqueta aún puede, pero de lo demás un poco imposible. Me giré sobre un pie y comencé a caminar de forma pausada hasta la cocina, quedándome en el marco de la puerta mirando a Shizuka como buscaba entre los potingues de su hermana, parecía ser buena con el tema de la medicina, suerte que tenía, la de veces que me tuve que curar yo mismo o depender de Chi, las de metidas de mano que le tuve que pagar para que me curase, me da cosa pensarlo y todo. Hice paso para que ella pudiese pasar dando saltitos, estaba muy graciosa así, pero me daba pena la gran herida que tenía, me sentía incluso, mal.

- Oye... - murmuré mirándola, no me dio tiempo ni a reaccionar cuando cayó al suelo. Intenté cogerla antes de que su cuerpo chocase con el suelo pero me fue bastante difícil, por el hecho de que no estaba muy atento y mi capacidad de reacción fue nula. En el suelo, me agaché a su lado, parando sus continuos ruedos por el suelo mirándola.

- ¿Te duele mucho? - pregunté mirando sus rodillas, dando leves caricias en ellas, suspirando.

Seguía con la mano posada en su rodilla viendo como lo dramatizaba tanto, me causaba gracia, pero seguía sin poder reír. Sonreí simplemente y bajé la vista hasta su rodilla para ver como su mano tocaba la mía. Me sonrojé bastante y miré de nuevo a Shizuka, al instante, el contacto se había deshecho, y nuestras miradas se habían distanciado. Me mordí levemente el labio y me levanté.

- Está bien... no tardaré. - dije emprendiendo camino hasta la cocina, donde supuse que allí había un botiquín o algo con las vendas en su interior, pero antes de emprender la caminata, noté el tirón de su parte y me agaché nuevamente quedando otra vez a su altura. Me quedé en silencio a la espera de que ella dijese algo, pero no articuló palabra, arqueé levemente la ceja y me encogí de hombros. Me quedé agachado a pesar de que ella se levantó. La seguí con la mirada hasta que se sentó en el sofá. Suspiré negando con la cabeza y me levanté, adentrándome en la cocina. Busqué en un par de cajones y encontré el botiquín. En su interior había un montón de cosas, potingues varios que supuse que eran de Himeko. Agarré las vendas y caminé un poco apresurado hasta el sillón, donde estaba ella.

- Déjame vendarte. - dije mirando el desgarro que tenía en la pierna. Suspiré un poco apenado y ni me atreví a hablar sobre ello. Desenredé las vendas y comencé a colocarlas alrededor de su pierna, al final, ajustando un poco para que hiciese algo de presión, poniendo un esparadrapo después para que no se soltasen. Me incorporé de nuevo y miré mis manos aun manchadas de sangre, pero ya estaba seca.

- ¿Podría darme una ducha?... Doy asco. - dije mirando mis pintas, aparte de que personalmente, recordando lo pasado en el jardín, me daba asco.

Me abstuve a rechistar sobre lo de la comida, no quería que hiciese nada para mi, pero dentro de mi, muy dentro de mi, tenía bastante hambre, a pesar de que me hubiesen demolido el estómago a golpes, y que lo hubiese atravesado una costillas rota, bendita sea la medicina de Himeko y mi capacidad de regeneración. Me quedé unos minutos en el salón y cerré los ojos frotándome en el estómago, sin sentir el dolor que tenía, pero simplemente, recordarlo me hacía que me doliese incluso más. Suspiré y me incorporé caminando hacia el baño en el cual, estaban todas las cosas según ella. Me metí dentro de este y cerré la puerta para no causar demasiadas molestias. Dentro del baño, me comencé a desvestir quedando completamente desnudo. Solo tenía manchas bastante grandes en la cara, en la mayoría del pelo, las manos estaban completamente embadurnadas y parte del estómago, llevaba este al aire, simplemente por estética, aunque, debería plantearme taparme un poco más. Coloqué todo en su sitio bien ordenador y también una toalla pequeña al pie de la ducha, para al salir, no mojar todo. Me introduje en la ducha y abrí el grifo del agua, sin probarla primero, me era indiferente fría o caliente, en este caso caliente para que saliese un poco mejor. Las manchas salían bastante bien con el agua, se podía observar como el agua que caía de mi cuerpo estaba completamente roja. No tardé demasiado en ducharme, me di unas cuantas lavadas al pelo y al cuerpo completo y acabé. Cerré el grifo del agua y salí de la ducha, agarrando una toalla que había dispuesta por ahí secándome con tranquilidad. No habían pasado más de diez minutos, solía quedarme más o menos una media de ese tiempo en la ducha. Cerré los ojos y pegué un suspiro mirando mi ropa.

- Debería ir a buscar más, está toda llena de... arghj. - pensé. Me coloqué todo de nuevo salvo la chaqueta, que estaba más manchada, la camiseta se había salvado, y los pantalones a medias, igual, después de cenar me iba a buscar cosas nuevas, si me iba a quedar de nuevo claro... no era una idea fija que tenía en mente, pero bueno, no creo que me deje ir. Salí del baño apagando la luz después y me dirigí a la cocina con el pelo un poco húmedo, cosas de tener melena. Me quedé en la puerta observando como cocinaba un rato y después, me aventuré para hablarle.

- Ya estoy.. - dije anunciando mi llegada, acercándome a ella para comprobar que estaba cocinando. - Huele bien.. - comenté mirándola de reojo, parecía pensativa.

Crucé mis brazos detrás de mi espalda mirando como cocinaba, sin mediar palabra para no desconcentrarla, a la velocidad que cortaba la cebolla, se podía rebanar un dedo, y eso no era plan, no quería ver más sangre. Me eché un poco atrás, hasta toparme con la mesa de la cocina en la cual me apoyé para no incomodarla con mi presencia. Seguía diciendo que olía bastante bien a pesar de ser pasta, también tenía la apariencia de ser buena cocinera. Suspiré de nuevo y me crucé de brazos mirando cada movimiento suyo, incluso ese roce de más cuando cortaba la cebolla, no emití ninguna expresión de miedo, sabía que no lo iba a hacer.

- Tenéis más confianza entre vosotras dos, yo me quedo a que no se pase... - dije quedándome en la misma posición, acomodándome un poco la húmeda melena, que caía sobre mi espalda dándome un poco de frío, cosa que me venía bien, con el calor que hacía... Cerré los ojos un instante pero luego los volví a abrir al escuchar esa pregunta que me había roto completamente todos los esquemas. Me asombré bastante y no tenía mucho más que decir. Tragué un poco de saliva y me pensé bastante lo que iba a decir. No tenía intención de decir directamente " Me enamoré ".

- No podría demostrarlo con palabras. - contesté rozando de nuevo con la yema de mis dedos mis labios recordando nuevamente el beso y ese sabor tan amargo que tenía a sangre, lo que daría dar otra vez uno en condiciones.

Me mordí el labio, ¿Por que los chicos eran siempre tan dificiles de entender? Le miré unos instantes de reojo, pero decidí volver a ponerle la mirada a la comida. Suspiré, dando mi pregunta por fracasada.

- Entonces ¿Como lo demostrarias?

Pregunté, sonrojandome por intantes. Resoplé, esos temas nunca me habian gustado, yo no era buena para las palabras, nunca se me habia dado bien eso de "explicar" mis sentimientos. Cerré lo ojos unos segundos, intentando concentrarme en la gilipollcez que acababa de preguntar, esas cosas no se preguntaba. Me separé del marmol de la mesa y comené a caminar, más bien, a cojear hacia la habitación de Hime.

- Voy a despertarla, vigila el fuego u///ú

[ Off: de momento, el post más corto de todos ._.U.. ]

Me acomodé el desmesurado flequillo que tenía en la frente así viendo un poco mejor, esa pregunta se me había clavado un poco, sabía perfectamente como hacerlo, pero no me veía demasiado capaz, cerré los ojos y me despoyé de la mesa, esperando un poco hasta que se alejase un poco del fuego, no es que tuviese miedo que por lo que iba a hacer me tirara la olla con todo ardiendo, simplemente... no sé, trabes extraños que me dan de vez en cuando.

- Espera. - dije agarrando su mano. Me sonrojé bastante y me acerqué a ella poniéndome delante de ella. La miré a los ojos y suspiré intentando relajarme mucho. Me acerqué más de la cuenta y posé nuevamente mis labios sobre los suyos, con bastante sentimiento esta vez. Esta vez era un beso mejor que el de antes, al menos, sabía normal aunque... ¿cómo sabía un beso? nunca lo había probado la verdad. Me separé de ella lentamente quedándome cerca de ella, de sus labios, con intención de darle otro.

- ¿Me he explicado bien? - susurré, buscando de forma inocente sus manos, para entrelazar sus dedos con los míos.

Frené al notar que me paraba, me imaginaba algo al estilo... bueno, vale, no me imaginaba nada en aquel momento, por lo que al sentir sus labios una vez más sobre los mios no pude evitar sonrojarme hasta las orejas, separé mis labios, aún algo atonita, desvié la mirada sonrojada y asentí con la cabeza, y tanto que se habia explicado bien. Rocé su mano con la mia y entrelacé los dedos, me volví a hacer acarme a sus labios, pero en el último momento me retracté y me separé.

- Tengo.. Tengo que ir a despertar a Hime.

Murmuré, a pesar de que tampoco me quería ir, pero tenia que despertarla, y ni siquiera habia apagado el fuego, me mordí el labio inferior, sin saber que hacer, además, yo era un Servant, si seguía conmigo podrían seguir haciendole daño, y eso era algo que yo no querría. Y aún pensando todo eso me volví a acercar a sus labios, para mordele el labio inferior tímidamente y volver a juntar ambos labios, cerrando los ojos para concentrarme más en el tacto de ambos.

Mis dedos se entrelazaron de forma débil con los suyos, disfrutando del beso que le había dado. Suspiré cuando dijo esas palabras y solté su mano, desviando levemente la mirada. Tenía la leve impresión de que no le había gustado, debería habérselo dicho de forma directa ¿por qué montar cosas así por el estilo? siempre acaban mal...

- Yo... me quedaré aquí... - murmuré también, aunque me pilló de sorpresa ese acercamiento, pero bueno, no acabó en nada. No podía despegar mi mirada de la suya, me había quedado clavado en ella como una estaca, debía darme un golpe o algo para volver a mis cabales, ojalá que no, suelen pegar fuerte las chicas, y más ahora que me duele casi todo el cuerpo, a pesar de los potingues de Himeko. Veía como cada vez estaba más cerca, me aceleré un poco pero me quedé bastante quieto la verdad, por una parte quería lanzarme contra ella besándola, pero por otra, tenía que ser muy delicado. Me sonrojé bastante con ese pequeño mordisco y acto seguido, correspondí con gusto ese pequeño contacto de labios otra vez, podría estar así toooda mi vida. Al separarme, estaba muy, pero que muy sonrojado.

- Yo.. te... te.. - dije cortándome bastante, formándose asi un nudo en mi garganta, sin poder seguir. - te.. te ayudaré con la cena. - dije intentando remediarlo, aunque me daba la cierta impresión de que había quedado como un gran tonto.

- Uhm.. Arigato..

Murmuré agachando la mirada, para que no se notara tanto mi sonrojo, asentí con la cabeza y me separé de él, dandole la espalda para encaminarme a la habitación de Hime. Una vez frente a esta me mordí el labio inferior, aún sonrojada, pero sacudí la cabeza y toqué levemente a su puerta con el nudillo de la mano derecha.

- Voy a entrar~

Avisé por si estaba despierta, pero mis deducciones eran erroneas, estaba profundamente dormida. Cerré la puerta tras de mi y me acerqué a su cama, sentandome en el borde. Le aparté el pelo de la cara, se veia tan mona..

- Hime-chan, la comida ya está hecha..

Murmuré intentando despertarla de una manera no muy estridente, por si acaso se levantaba de mala leche. Las sabanas estaban hechas un asco, llenas de sangre, y mi vestido aun tenia un par de manchas, no muy grandes, pero tenia, luego de comer me daría una ducha. Suspiré y acaricié su mejilla, esperando a que se despertara.

- Hime-chaan~ ..

Off: Ahora que postee Hime y luego volvemos a seguir el orden, no? owoU