En la playa playeando~ (?)

Sonreí divertido al ver la ciudad desde el punto más alto. Estaba en lo más alto de un edificio, el más alto de la ciudad. Desde allí se podía observar cada lugar de la ciudad, mi melena pelirroja ondeaba de forma libre y moderada al aire, una pequeña brisa de verano acariciaba toda la ciudad. Bostecé algo aburrido y después miré al vacío que me separaba del suelo, con intenciones de tirarme. Estiré los brazos hacia los lados de par en par y me dejé caer hacia el vacío, en primer lugar, la mayoría de la gente miraba hacia arriba al verme caer, pero cambié de forma en el aire, me convertí en un lobo de pelaje color naranja, con algunas rayas azules, y las marcas extrañas en los ojos. Caí al suelo de forma normal, a pesar de haberme tirado de un edificio de altura considerable, era la resistencia adicional que tenía por ser licántropo. La gente me miraba de distintas manera, algunas personas estaban asustadas, otras sorprendidas... y otras aterrorizadas. Observé a todos los que me estaban mirando y enseñé los colmillos, así causando pánico ya. Acto seguido, emprendí una carrera hacia la playa.

Minutos más tarde, antes de llegar, me convertí en humano, llevaba una mochila a la espalda con distintas cosas, para pasar una buena tarde en la playa, y noche si cabe. Antes de pisar la arena, me quité las zapatillas y los calcetines, introduciéndolos dentro de las zapatillas y comenzando a caminar hasta el interior de la playa. No había ni dios, seguro que todos ya habían vuelto a su casa, que aburridos. Me acerqué a una zona un poco alejada del mar y dejé mis cosas allí, sentándome después.

Encogí mis piernas haciendo dos pequeños agujeros en la tierra y rodeé con mis brazos mis piernas, apoyando mi barbilla en las rodillas suspirando. Con mi oído agudizado, escuche como se escuchaban algunos golpes y cosas así a lo lejos, algunas veces me incomodaba escuchar tan bien, podía escuchar cosas que algunas veces, no quería. Observé la olas de las playas romper con la orilla y sonreí levemente para mi mismo. Una figura me llamó la atención. Había una chica metida en el agua, boca arriba, me di cuenta que era una chica por su cuerpo, pintaba desde lejos que lo era. Arqueé levemente la ceja y la dejé pasar un momento, pero reí después cuando la ola se la llevó por delante, dejándola en la orilla. Parecía mareada, sonreí de lado y me levanté al verla un poco desorientada, sus cosas estaban un poco más alejadas de las mías, pero no tanto. Me acerqué a ella de forma lenta y tranquilamente, parándome delante de ella.

- ¿Necesitas un GPS? Te noto perdida. - me burlé, sonriendo nuevamente. - Tus cosas están allá... por cierto, me llamo Nathan. - dije, posando mi mano en su espalda y comenzando a caminar, ayudándola de forma suave hasta sus cosas.

Sonreí divertido otra vez cuando escuché su frase con ese toque a sarcasmo. Al sonreír, se me podía notar de refilón como de mi boca sobresalían unos pequeños colmillos de lobo, a primera vista se podían confundir con los de un vampiro, pero no era ese caso. Noté como me analizaba de forma desinteresada, supuse que estaba buscando saber que era. Yo no había pillado del todo eso de los Masters y Servants, había venido hace poco a la ciudad, escuché mucho sobre ellos, y sobre todo, vi muchas batallas, pero sobre ese tema... no controlo demasiado.

- ¿Seguro que no lo necesitas? Yo digo que sí.. - dije sacándole la lengua de forma burlesca, me encantaba picar a la gente de este modo, aunque casi siempre acababan a golpes conmigo, cosas de la vida. Moví mi larga melena con una mano para que estuviese un poco más " libre " y acomodé mi flequillo desorbitado con dos dedos, pasando el flequillo entre ellos de forma que quedase un poco " liso ".

- Simplemente pasaba el rato, no tengo nada mejor que hacer. - dije cruzándome de brazos ahora, dejando en paz mi pelo. Seguía escuchando esos movimientos de lucha a lo lejos. Tenía que resaltar, que también llevaba mi espada a la cintura ( véase de que forma en la ficha (?) )

- ¿Qué es esa arma? - pregunté con cierta curiosidad, ladeando la cabeza hacia un lado mirándola.

Menudo cacharro más raro, altavoces y todo. Me quedé observando como se estiraba y sobre todo, me impresionó ese crujido, se podría haber hecho daño aunque... ¿qué más me da?. Me metí las manos en los bolsillos y sonreí de lado después al sentir ese pequeño nerviosismo por la pequeña explicación que le había pedido por el arma. Me hice el sueco y asentí con la cabeza, como si me hubiese llegado lo que me dijo.

- Interesante... yo tengo... esto. - dije apoyando el dedo índice sobre el mango de mi espada, ya que estaba de forma horizontal en mi cintura, no me era molestia ninguna. Miré de nuevo hacia el mar y me dejé caer hacia atrás, así, sentándome sobre la arena, observando de reojo mis cosas, por si acaso me las habían robado o algo, hay mucho ladronzuelo por aquí suelto, y tampoco es plan de hacer esto un baño de sangre.

- ¿Qué soy yo?... - me pregunté a mi mismo alzando la vista para encontrarme la suya. - Soy un licántropo. - dije tan campante, supuse que ella tampoco era muy normal, su olor la decantaba mucho, aunque no conseguía localizar que era.

- ¿Tú qué eres? - pregunté apoyando mis manos sobre la arena de la playa, desplazando mi cuerpo leevemente hacia atrás.

No parecía haberle entrado muy bien la noticia sobre mi raza, estoy notando que la mayoría de la gente se acojona conmigo al lado ¿parezco tan malo? vale que pueda tener un poco de maldad en la sangre... pero tampoco es para tanto. Escuché atento su respuesta y alcé la ceja con alguna que otra duda. Lo que había dicho, no tenía ni idea de lo que era un Servant, aunque por la seguridad que tenía, y las pocas ganas de escuchar sermones sin sentido, pasé de preguntarle, ya averiguaré indagando un poco.

- Me da la impresión de que no te llena mucho que sea licántropo. - comenté mirando hacia el frente, dando un pequeño suspiro. La miré de reojo al escuchar su segundo comentario y alcé levemente la vista al cielo para observar como el cielo anaranjado iba dejando poco a poco paso a la noche, estábamos en pleno atardecer, buena situación.

- ¿Por qué piensas en eso? - pregunté mirándola, refiriéndome a lo de morir, no creo que sea taan cruel ser Servant ¿no?. Me froté la cabeza un poco molesto y miré hacia mi derecha, de donde provenían los ruidos de batalla.

- Que molestos... - mascullé quejándome de esos seres que se estaban dando de palos, tenía ansias de ir y liarme a hostias pero, seriamente con ellos.

¿Miedo a los perros? Es normal, cada uno tiene sus miedos, como yo a las arañas, aunque más que miedo es odio, siempre que encuentro a una la hago arder como una... mejor no me voy de lengua. Me eché también en la arena a su lado, cruzando mis brazos detrás de mi cabeza, a modo de almohada mirando el cielo que poco a poco se tornaba en su lado más oscuro. Supuse que eran servants los que estaban luchando, tenía toda la pinta, con todo ese rollo que se traen entre manos, es normal.

- ¿Y si viene a por tí ahora? - pregunté con una leve curiosidad. Igual podía luchar... o no, o tendría que luchar yo también, no me es simpático arrancar brazos y demás así por así, me gustaría encontrar algún motivo aparente. Lo que sí, la lucha parecía que estaba más cerca, seguro que se iban desplazando poco a poco, no creo que una batalla se quede siempre en el mismo sitio...

- Me convertiría en lobo, pero no quiero llamar demasiado la atención. - comenté cerrando los ojos, acababa de decir una cosa un poco tonta, no había nadie más aparte de ella ¿quién se fijaría? ¿Gaviotas? aunque bueno, quien sabe.

- Puede que nos tengamos que mover un poco, no están muy lejos que digamos. - dije refiriéndome a los dos servants que estaban luchando.

Probablemente vengan a buscar bulla por la chica, no por mi, si fuese por mi ya estarían escapando, no soy muy amigable cuando me vienen con amenazas, siempre les acabo pagando esas amenazas con una paliza pero a lo grande. Suspiré y me levanté poco después de que lo hiciese esa, como hice antes, con una mano hice ondear mi melena para que la arena que se había pegado a ella cayese. Los tíos se estaban acercando más, por lo tanto, sería mejor aligerar.

- Vete yendo, yo aún tengo que ir a por mis cosas. - dije comenzando a caminar hasta mis cosas, no estaban mucho más allá que las suyas, pero la que corría cierto peligro era ella. Al llegar allí me agaché y agarré mis cosas, me levanté y me cargué la mochila a la espalda, la había traído con el propósito de bañarme en la playa, pero dio el caso de que no se pudo. Pegué un pequeño sprint hasta llegar a su lado, no se había alejado demasiado.

- ¿Esos tíos pueden sentirte? - pregunté por saber. Olisqueé el aire un poco así para captar el olor de los Servant, para que quede en registro que son ellos, me gustaba recoger olores para saber un poco más...

¿Escalofrío diferente a los demás? Me causa curiosidad saberlo la verdad. Observé de reojo como rebuscaba de forma nerviosa dentro de su bolso, había dejado de atender a los dos sujetos que nos estaban persiguiendo los talones, aunque creo que era un poco tarde para reaccionar. Miré hacia atrás y vi como los dos servants estaban cada vez más cerca.

- Eh.. sí, creo que sí. - dije manteniendo la calma. Metí la mano en el bolsillo de mi pantalón y saqué mi móvil rápido entregándoselo a la chica para que pudiese llamar o hacer lo que quisiese. Pero no serviría de mucho, porque ya los teníamos encima.

- Esto no me gusta. - mascullé mirando atrás, como ya se podría decir que estaban a metros. Mientras caminaba, cerré los ojos y pegué un suspiro que se podría decir que resonó por toda la playa, poco a poco mi cuerpo fue cambiando, como mi melena fue envolviéndome hasta cambiar totalmente de forma a la de un lobo de pelaje naranja con distintas rayas por el lomo y en los ojos. Paré en seco y dejé que ella se adelantase un poco, y por detrás le peque un pequeño empujoncito bajando la cabeza así, montándola automáticamente en mi lomo. Miré de lado hacia ella y le eché una mirada de seguridad. Los Servant se alteraron un poco al ver mi forma lobuna y aceleraron, al igual que yo, pero yo lo hice con mucha más velocidad. Comencé a correr con moderación para escapar de ellos.

Iba a quejarme de la manera que cogió el móvil, pero creo que no era el momento para hacerlo. Cuando vi que uno de los servant se había transformado en una panera negra, los nervios comenzando a atacarme, pero intenté mantener la calma. Noté el agarre de ella a mi pelaje, lo que me dio seguridad para correr con tranquilidad. Cuando la pantera comenzó a correr a toda pastilla hacia ami, yo hice lo mismo. Comencé a correr a máxima velocidad, no era rapidísimo, pero más que ellos sí. La pantera parecía que iba más rápido por momentos. Cuando escuché las palabras de la chica en mi oído, negué rotundamente, no podía hablar en ese momento. Quedaba poco para llegar a las escaleras que subían hacia la acera, así para entrar en la ciudad, pero noté la embestida de un lado. Miré hacia un lado, la pantera ya la tenía al lado, con el Master encima mirándome de una forma muy socarrona. Agudicé la vista y empecé a correr más rápido, pero el me igualaba en velocidad, aparte de recibir choques continuos, que reducían poco a poco mi velocidad.

- Vamos... patitas corred ¡No puedo dejarla aquí a su suerte! - pensé aumentando un poco más la velocidad y todo, íbamos a una velocidad de vértigo.

Estaba demasiado concentrado en correr como para fijarme en el cabrito que iba encima de la pantera negra. Ella y yo nos echábamos miradas furtivas, ella me embestía a mi y yo a ella. Estaba claro que mi fuerza era mucho más superior a la suya, pero mi velocidad no se podía comparar, por lo tanto, se podría decir que estábamos un poco igualados, a pesar de no poder escapar a base de velocidad. Técnicamente podría ganar si le tiraba una bola de fuego, pero de lado... podría salirme mal la jugada y darle a Shizuka mismo, por eso debía encontrar el momento justo para atizarle un buen golpe.
Notaba los agarrones más fuertes de Shizuka y las disminuciones, incluso, me alteré un poco cuando me soltó, miré de lado hacia ella como pretendía atacarle, cerré los ojos intentando rezar para que no lo hiciese, y así paso.

- No lo hagas, por favor.. - pensé apretando los dientes. Miré de nuevo hacia adelante e hice un sorteo rápido a un poste de luz. Sentí el tirón repentino de Shizuka y me frené en seco, viendo como la pantera pasaba por delante mía con los colmillos de forma amenazante. El Master sonrío de forma nerviosa. Yo sonreí de forma un pelín sádica y salté sobre la pantera, tirándola al suelo, a la vez que el master también cayó, quejándose de forma sonora. Le metí un garrazo en la cara a la pantera y después le hinqué los dientes directamente en el cuello, posiblemente, hiriéndola de muerte. Pegué un salto hacia adelante, escupiendo la asquerosa sangre del servant y comencé a correr de nuevo a la velocidad de antes.

No sabía si descojonarme en la cara de ese pringado, la verdad es que la caída había sido graciosa, seguro que se le había roto el culo o algo por el estilo, supongo que es el prototipo de tío flojeras y que rompe con mirarlo. Miré hacia atrás y vi como la otra master lo recogía, se tenían cariño, eso sí. Sonreí divertido y por la escena anterior y miré hacia adelante, ya con la salida delante de mis narices. Noté el ruido de un látigo como si se aferrase a algo, y el poco peso que llevaba encima, me temía lo peor. No pude pude parar al instante, llevaba demasiada velocidad encima como para parar en seco. Paré unos metros más adelante, dando un derrape haciendo que me diese la vuelta, así mirando hacia Shizuka que estaba en el suelo.

- Ma..maldita sea ._. - dije sintiéndome algo mal por haberme desorientado tanto. Me acerqué al instante a ella y con ayuda de mis dientes, intenté arrancarle lo poco de látigo que tenía al cuello, pero poco duró. El luchador libre que llevaba la chica rubia del látigo ya estaba al lado mía para tocarme los huevos. Me arreó un puñetazo en la boca del estómago apartándome del camino, obviamente dolorido, no fue para nada flojo.

- Argh, que piñazo.. - volví a pensar, seguía tumbado en el suelo, notaba como si algo me impidiese levantarme ¿efectos secundarios?.

Técnicamente estábamos muertos. Yo no me podía mover del todo y ella estaba en peligro, podía escuchar los ruidos, pero ni articular palabra, aunque en forma de lobo tampoco es que pueda decir mucho. Cerré los ojos con fuerza y poco a poco fui cambiando hasta volver a ser un humano. Llamé levemente la atención de los dos masters, pero el gigantón ni se enteraba. Apreté los puños y poco a poco comencé a sentir mis músculos. Me intenté levantar pero estaba un poco conmocionado por el increíble golpe que me había dado en el estómago, se podría decir que se me había subido del dolor. Puse mi mano delante de mi boca y tosí sangre ( toma efecto retardado ).
Pasé el dorso de la mano por delante de mi boca y levanté la vista, como el hombro de Shizuka sangraba, y el gigantón se reía como un condenado. No pude aguantar mis ganas de cargármelo, pero no podía dejar así a Shizuka. Apreté mi mano derecha formando un puño y un resplandor de color rosa fucsia salió de él, formando un cristal. Desenvainé mi espada y de cualquier forma, partí el cristal, así este haciéndolo él mismo en un montón de cristalitos. Esos cristalitos se posaron en el suelo y de él, una sombra salio directamente atrapando a Shizuka y llevándosela lejos. Era una chica rubia algo falta de ropa, pero con buenas intenciones.

- Todo tuyo Nath (L) - dije guiñándome el ojo. Yo me levanté y me puse en pie, agarrando con firmeza la espada, caminando de forma lenta y tranquila hasta posicionarme delante del gigantón.

- Vas a morder el polvo hasta que mueras. - el gigantón se río y de repente, levantó su espada y me dio un corte bastante preciso directo al pecho. Bloqueé con mi espada a duras penas su corte, su espada era bastante grande, como para apoyarme en ella. Mantuve la espada como pude y de un movimiento rápido posé mi mano sobre la parte lisa de la espada del gigante, dándome un impulso después, arreándole una patada en la cara, este se resintió pero el muy estúpido no hizo signo de retractarse ni mucho menos, le dio un corte a ciegas al aire, fallido. Me colgué con las piernas de su cuello e hice fuerza, para quedarme sentado en sus hombros, pero por la parte de adelante, no permitiéndole la visión.

- ¡DALE DALE, ESTÁ EN TU CARA! - gritaba su Master, el gigantón hizo lo que ella le dijo, pero no era para nada astuto. Para cuando fue a darme un corte, hice un cambio de tornas rápido, pasé de un lado de la cabeza a otro, así dejando que él mismo se hiciese un corte en la cara.

- Serás ciego, ponte gafas. - dije burlándome de él. Pasé de estar más en sus hombros y pegué un salto hacia atrás, con la espada, dejándole un buen regalito en la espalda, tajándosela de arriba a abajo. Miré hacia atrás y observé a la master rubita. - Después nos veremos tu y yo. -.-. - amenacé de forma no muy amigable. Chi ( la invocación ) estaba aplicando sus primeros auxilios sobre Shizuka, cerrándole poco a poco la herida.