En Casa

Antes de entrar en su casa, alcé la vista y me la quedé mirando un instante. No me parecía demasiado bien entrar por así en una casa ajena, pero vamos... tal como entró Shizu no creo que haya mucha familia, solo me comentó sobre su hermana, pero puede que haya más gente y todo. Suspiré pesado y entré dentro de la casa, cerrando la puerta a mi paso, con sumo cuidado.

- Eh... H..Hola ._. - dije entrando en la casa, al no ver respuesta, pensé que no había nadie más que su hermana, en cierta parte me alegraba. Caminé por la casa un poco hasta encontrar actividad dentro de la cocina. Me asomé primero y después me apoyé sobre el marco de la puerta. Me rasqué la cabeza un pelín cortado, la primera vez en mi vida y reaccioné.

- Eh... buenas noches. - dije, adentrándome en la cocina, con cuidado de no alterar las cosas, esto parecía un comando de Call of Duty o3oUu.

Olisqueé una cosa en el aire que me hizo saltar chispas naturales, como cuando me encuentro a un vampiro, pero dejé pasar un poco el tema, sabía controlar mis propios instintos en situaciones así, no podía liarla parda tan pronto. Miré hacia Shizuka como de su boca salían más mentiras que palabras, supuse que no quería que su hermana se enterase. Asentí con la cabeza a todo lo que ella decía, suponiendo que íbamos por buen camino.

- Encantado, Himeko. - dije de la forma más educada posible, aunque me costaba bastante. No creo que sobreviva sin hacer alguna capuyada. No me percaté que iba algo falta de ropa. Desvié disimuladamente la mirada hacia otro lado para no llamar la atención, pero después la clavé en Shizuka.

- Eh.. no, no gracias. No quiero causar molestias. -dije jugando con el mechón de pelo que me caía por delante, de forma nerviosa.

._. Omg ¿cómo había hecho? la había pillado infraganti con sus mentiras, me aposté mi mitad de carne que su hermana también era Servant, aunque según parece... sin sus Masters no pueden hacer nada, por lo que me quedó un poco en dudas ese detalle. Agarré el helado que me había ofrecido y agaché la cabeza en señal de agradecimiento. Solía cortarme un poco cuando estaba en casas ajenas ._. no sé, tenían como un poder especial sobre mi (?). Vale no. Abrí el helado mirando el papel que había quedado en mi mano. Me encogí de hombros sin saber donde tirarlo y lo introduje en el bolsillo de mi pantalón, a sabiendas de que seguro que iba a tener que lavarlo en... algún lado, o cuando consiguiese casa. Di media vuelta y caminé detrás de ella hasta encontrarme con su habitación, ella era prototipo de chica descuidada, lo pude saber perfectamente por su habitación, estaba patas para arriba. Me quedé solo en la puerta y me apoyé en el marco de esta, como estaba en la cocina.

- Me quedo yo en el sofá, tranquila. - dije mientras comía con tranquilidad el helado, al contrario de ella, se ve que tenía buen apetito ô.o. - ¿Es Servant? - pregunté, refiriéndome a su hermana.

Me da que no me había entendido muy bien lo que había dicho, que más dará, paso de meterme en cacaos mentales, creo que sé que tipo de chica es, que quiere salirse sieempre con la suya. Noté como hacía la cama con rapidez, cosa que me pareció un pelín estúpida, total, para lo que va a durar hecha, haberla dejado como estaba.

- Está bien.. - dije un poco rendido. El cansancio estaba a la vuelta de la esquina, el pequeño bailecito que le había dado a ese par de indeseables en la playa, no había sido moco de pavo, a pesar de ser un lobo, me canso igual. Se ve que se querían mucho, eso de los rollos de Servant, era un poco estúpido matarse por... una copa del cuerno.

- Más que vendarte, si te duele tanto deberías escayolártelo, Chi ya te cerró la herida, igual el golpe te afectó al hueso.. - comenté, después de haberla seguido desde su habitación. Me sentía como un perrito faldero ._.

- Y no, no tengo. - respondí a esa extraña pregunta. Más que novio, debería ser mascota..

¿Había hecho que se durmiera? Arqueé notablemente la ceja y me quedé en el sitio, a la espera de lo siguiente. Su hermana parecía tener unos conocimientos básicos de la medicina, o eso aparentaba, consiguió arreglarle con éxito el pequeño estropicio que tenía Shizuka en el hombro, técnicamente se podría decir que estaba roto, con el pedazo espadazo que le metió aquel tío... Después de haber pasado unos minutos observando a la hermana, acaté su orden y me quedé sentado al lado de Shizuka.

- Ya me encargué yo de ellos. - dije respondiendo a la amenaza que había formulado su hermana, dejándola ir. Me quedé en silencio mirando unos minutos a Shizuka, cómo tenía los ojos cerrados. Cuando los volvió a abrir después de unos 5 minutos desvié la mirada un poco sonrojado, simplemente me había quedado un poco... raro al verla.

- Buenos días bella durmiente. - dije sacándole la lengua, burlándome un poco de ella, por haberse quedado dormida, a pesar de haber sido en contra de voluntad. - Yo puede que me vaya ya... estoy cansado. - dije cruzándome brazos, apoyando mi espalda en el respaldo del sillón, después, miré otra vez a Shizuka.

- No fue nada.... en serio. - dije desviando levemente la mirada, otra vez. - Creo que se lo llevó tu hermana. - respondí inseguro de ese hecho.

El comentario de Nathan no habia hecho simplemente que me sonrojase, si no tambien que me molestase, no estaba acostumbrada a que me llamar Bella durmeinte ni mucho menos owoU. Le saqué la lengua al igual con un leve sonrojo y me giré hacia Hime.

Con mucha pereza me subí a la espalda de Hime, apoyé mi barbilla sobre su cabeza y resoplé. A veces parecía al reves, yo la menor y ella la mayor.

- Nee~ Himee-onee-chaaan~ No tengo sueño =.= Y no quiero que destruya mi cuarto~ Quiero tenerlo vigilado o.ó

Dije poniendo escusas para observar a Nathan dormir, sentía curiosidad, él me había visto, yo no había visto nunca como dormía un licantropo o.ó.. Me aferré al cuello de Hime y me acerqué a su oreja felina, dandole un leve mordisco.

- Se buena y dejame en mi cuarto ewé

Susurré seductoramente en su oido. A pesar de que pocas veces funcionaba eso con ella, igualmente, me gustaba hacerle ese tipo de cosas.

- ¿Quien se llevo mi helado? ._."

No parecía que le había gustado mi pequeño piropo, suspiré un poco rendido y me levanté al ver que Himeko había vuelto de nuevo. Metí las manos en mis bolsillos y observé cada movimiento suyo, seguía manteniendo que se querían bastante, o eso aparentaban.

- Tranquila, no soy un animal del todo. - dije escusándome un poco por mi otra parte, puede sacar de contexto, que por tener una mitad lobo puedo ir cargándome una habitación porque me da la gana. Al ver que se iban, suspiré como muchas veces más de nuevo y comencé a caminar hasta la habitación donde había estado en un principio, la de Shizuka. Antes de entrar en ella, apoyé mi mano sobre el marco de la puerta y miré hacia al resto del pasillo, mirando como se alejaban.

- Buenas noches ~ - dije sonriendo de lado, entrando en la habitación de Shizuka entrecerrando la puerta, tirándome en plancha encima de la cama. - Pensé que ir a la playa me iba a relajar un poco, pero ya se ve, acabo durmiendo en casa de una chica... - suspiré y me quedé pensando.

Suspiré levemente encima de la cama y me levanté de nuevo, acercándome a la puerta cerrándola con cuidado, no quería intromisiones extrañas mientras dormía, si abrían la puerta, podía darme cuenta, viva el oído perruno. Me desenganché mi espada de la cintura y la coloqué al lado de la puerta. No tenía pijama ni nada, tampoco era plan de dormir con toda la ropa, y tampoco en calzones, pero opté por lo segundo, hacía un calor horrendo, no quería morirme en medio de la noche. Me desabroché los pantalones y me los bajé, quedando en boxers. Doblé los pantalones y los coloqué en el suelo, al lado de la espada, no encontraba mucho lugar donde dejarlo. Acto seguido, me quité la chaqueta que llevaba puesta y lo dejé en el mismo lugar que los pantalones, doblada y todo ordenador. Me di media vuelta y caminé hasta la cama, abriéndola con cuidado, lo justo, para no desordenar más de la cuenta. Me introduje dentro de la cama, pero con las piernas fuera, no quería taparme aún, el calor me mataba la verdad. Cerré los ojos y apoyé mi cabeza sobre la mullida almohada, pero me llamó la atención unas súplicas, supuse que era Shizuka, era su tono de voz. Reí un poco pero no quise meterme en temas de hermanas. Cerré los ojos y me puse de lado, mirando hacia el lado contrario de la puerta, acurrucándome un poco, tapándome con mi propia melena.

Horas pasaban mientras quedaba profundamente dormido arropado conmigo mismo. Ya de mañana, abrí los ojos poco a poco y me incorporé quedándome sentado sobre la cama. Parecía que ya había actividad en la casa, miré hacia la puerta, como si mirase a través de la puerta, a Shizuka corriendo a toda pastilla hasta llegar a la cocina. Yo me levanté con tranquilidad y me froté la cara despertándome. Estaba un poco atontado. Me acerqué a la puerta de la habitación y agarré mis pantalones, colocándomelos, no quería salir en paños menores y causar incomodidad general. Posé mi mano en el mango de la puerta y la abrí, pasando así al pasillo. Me acomodé un poco mejor el pelo y comencé a caminar con cierta pereza por los pasillos de la casa hasta encontrarme con la cocina. Pasé a su interior y me rasqué la nuca.

- Buenos días.. - dije frotándome los ojos, quedándome en el marco de la puerta sin intenciones ni amagos de meterme demasiado, ya me iría, no quería causarles más incomodidad. - Voy recogiendo las cosas y me voy.. - anuncié dándome la vuelta y comenzando a caminar hasta la habitación de Shizuka de nuevo, arreglando un poco todo.